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La experta advierte que la creciente importancia de las redes sociales, la apariencia física, la cantidad de likes y seguidores se han convertido en los principales medidores de una vida exitosa. La falta de estos indicadores se interpreta como sinónimo de exclusión social, generando presiones adicionales en la población, especialmente en los jóvenes.
Y enfatiza que, a pesar de la disposición y apertura del sistema de salud para abordar esta realidad, la verdadera carencia radica en la falta de una cultura de la salud mental desde la prevención. “El estigma asociado a la búsqueda de ayuda psicológica impide que muchos accedan a tratamientos oportunos. Ir al psicólogo, según la experta, sigue siendo objeto de señalamiento, evidenciando la necesidad urgente de educar a la sociedad sobre la importancia de reconocer y buscar ayuda a tiempo”.
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