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Hubo drama hasta el final. No se cantó victoria con tranquilidad hasta el último out, pero Caimanes terminó mordiendo primero. En un cerrado y vibrante duelo de pitcheo, que solo se empezó a resolver en la parte baja del sexto inning, después de un error del tercera base de Vaqueros, Daniel Mayora, el equipo de Barranquilla se impuso 3-2 en el choque inicial de la serie final de la Liga Profesional de Béisbol Colombiano.
El japonés Daniel Missaki, que solo permitió un hit y concedió una base por bolas al conjunto de Montería, fue uno de los principales artífices del valioso triunfo en un estadio Édgar Rentería con masiva asistencia de público (estaba casi lleno el escenario).
El nipón ejerció una dictadura en el montículo, propinó siete ponches y se alzó con el triunfo.
Dilson Herrera, que se fue de 3-1, anotó dos de las carreras que marcaron la diferencia. Una se dio en el error de Mayora, mientras la otra fue impulsada por un elevado de sacrificio de Fabián Pertuz. La otra la anotó Jaime Camargo en un wild pitch del relevista Jesús Castillo.
Caimanes solo pudo despachar tres imparables en todo el enfrentamiento. Samuel Burgos y sus relevistas cumplieron un buen trabajo, aunque la ofensiva de Caimanes dejó pasar varias oportunidades y dejó hombres en circulación en situación favorable.
En la parte baja del cuarto episodio parecía romperse el encanto de los serpentineros. Ricardo Céspedes despachó una línea por todo el jardín derecho, que no fue jonrón por escasos centímetros. La bola pegó abajito de la línea amarilla de la barda y llevó a Urshela, que se había embasado con un tiquete gratis, hasta la tercera almohadilla.
El abridor Burgos por primera vez se ponía en verdaderos aprietos, mucho más después de que Jair Camargo también recibiera base por bolas y se llenaran las cuatro esquinas.
Apenas había un out en la pizarra y el camino lucía expedito para marcar la primera carrera del juego cuando Jesús Marriaga se paró en la caja de bateo ante el relevista Roberto Pérez, que había salido al rescate de un Burgos titubeante.
Marriaga le hizo swing arrepentido a un lanzamiento de Pérez y la bola quedó en el cuadro, pusieron out a Urshela en el home y pillaron mal parado a Céspedes tras pisar la tercera.
Sorpresivamente se apagó la ilusión de una carrera y el tablero se mantuvo en cero.
La rayita que descorchó la pizarra se dio de una manera increíble, teniendo en cuenta el partidazo que jugaban los lanzadores y las defensivas de ambos equipos.
En la parte baja del sexto inning, Daniel Mayora se ‘mareó’ con un fly altísimo en medio de la brisa en la tercera base, la bola se le salió de la manilla y picó en tierra, mientras Dilson Herrera llegaba al plato y anotaba.
La segunda carrera llegó en la parte baja de la octava entrada. Con las bases llenas, Fabián Pertuz dio un batazo a lo profundo del center field que no bastó para volarse la cerca (la brisa ayudó a amansarlo), pero sí para llevar a Herrera, en pisa y corre, hasta la caja registradora.
Luego Jair Camargo anotó por wild pitch Jesus Castillo.
Ya la suerte parecía echada, pero en el béisbol no se puede garantizar nada hasta el último out. Luis Moreno toleró tres de los cuatro hits que sufrió Caimanes en el juego y complicó el juego el acto final.
Andrés Angulo le agregó angustia a la afición local al conectar un hit que condujo a dos hombres hasta el plato. La pizarra se puso 3-2, pero al final de cuentas, sudando la gota gorda, Moreno, sacó el out definitivo y los Caimanes mordieron primero en la final.
Este miércoles, en el mismo escenario, a partir de las 7 p.m., se repite el duelo.
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