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Rompiendo estereotipos arraigados, esta mujer no solo llevó consigo la gracia y la elegancia, sino también la fuerza y la dedicación de la maternidad.
Avella demostró que la belleza va más allá de los cánones tradicionales, irradiando confianza y empoderamiento. Su participación no solo celebró la diversidad de la feminidad, sino que también inspiró a otras mujeres a perseguir sus sueños, independientemente de su rol como madres.
En el escenario, esta pionera no solo llevaba la corona de la belleza convencional, sino también la corona invisible de la maternidad, desafiando la noción de que la participación en concursos de belleza está reservada para un segmento específico de la sociedad.
“Es el momento de que Colombia y el universo entero se entere de que hay niñas que han asido abusadas en sus familias, que tienen embarazos no deseados, vamos a empezar a trabajar por ellas. Enfocarnos en prevenir embarazos no deseados. Mi hija llegó a completar mi vida y gracias a ella hoy estoy aquí”, dijo la colombiana en el video que fue presentado en el certamen.
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