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El nuevo Gobierno de Javier Milei se ha propuesto reducir los pasivos remunerados del Banco Central -Leliq y Pases Pasivos- pues los intereses que devengan estos instrumentos son un factor expansivo de la base monetaria y, por tanto, inflacionario.
Hasta hace un mes, la preocupación del ahora presidente Milei era la «bomba de Leliq» y cómo desarmarla sin provocar una hiperinflación.
Pero la masa de Leliq se ha reducido en las últimas semanas, hasta los 3.500 billones de pesos (4.255 millones de dólares), en detrimento de los Pases Pasivos, que ascienden a unos 21.700 billones de pesos (26.383 millones de dólares), según datos del consultores privados.
Analistas del sector consideran que con estas decisiones las nuevas autoridades argentinas buscan incentivar a los bancos comerciales a destinar la liquidez de pesos a instrumentos del Tesoro de más largo plazo.
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