Las olas de calor no solo tienen un impacto inmediato en la salud de las personas, sino que también pueden desencadenar incendios forestales, dañar cosechas, afectar la calidad del aire y aumentar el estrés en los sistemas de energía y agua.

Si estas tendencias continúan, podrían socavar seriamente la capacidad de las comunidades para hacer frente a estas crisis climáticas.

«Es la consecuencia del calentamiento global que vemos aparecer muy rápidamente en los sistemas meteorológicos”, añadió, subrayando que los científicos avisaron de ello. “La gente está demasiado relajada ante las señales”, lamentó. “La ciencia advirtió de que esto llegaría. Y no se detiene aquí. Será más intenso y más frecuente”.



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Por oviedo